Oscar Julian Ruiz: "Debuté en un clásico entre Millonarios y Santa Fe, el 23 de febrero de 1992 (N.deR.:terminó el partido 7-3 a favor de Santa Fe). No me voy a olvidar nunca de esa fecha”, recuerda Ruiz quien transporta su memoria hacia aquella tarde de domingo.
“Soy árbitro por cuestión de familia. Mi padre (también se llama Óscar) fue juez profesional en 1986 y a partir de allí comencé a familiarizarme con esta hermosa profesión. Mi hermano también es juez asistente y la petición del instructor Alirio Torres fue clave para dar los primeros pasos”.”Tengo dos amigos del alma en esto del arbitraje”, dice Ruíz. “Fernando Panesso del Colegio de jueces de Quindío y OtalvaroPolanco del Colegio de jueces de Meta son más que amigos. Wilmar Roldán del Colegio de jueces de Antioquia también es muy cercano y será mi sucesor”, asegura Óscar Julián.
Cuando se le indagó sobre el mejor árbitro del mundo no dudó en nombrar a su compañero Valentín Ivanov de Rusia. “Es el mejor”, sentenció. Recordó que nunca les ha pedido la camiseta a jugadores porque “prefiero mantener la distancia y, también, por una cuestión de respeto”.
Ruiz quien se integró a la mecánica del Video Chat, indagó y preguntó por la ubicación de cada uno de los usuarios. Gente en España, Estados Unidos, Venezuela, Argentina, Perú y, en distintas ciudades de Colombia, preguntó. Sin temor a que Ruíz sacara las tarjetas. "¿Cuál es su ilusión en el Mundial de fútbol?”-preguntaron desde Madrid-, “Quiero y sueño dirigir la Final del Mundial”, respondió Óscar Julián.
Los minutos iban pasando y la comunicación era cada vez mejor. Un usuario le indagó sobre cuál partido volvería a dirigir, si pudiera, por el momento e importancia que vivió y por el hecho de enmendar algún error.
Óscar Julián no dudó en responder que “repetiría estar en la Final Intercontinental del 2000 que dirigió entre Boca Juniors y Real Madrid”. Sobre el juego para corregir algún fallo respondió que “quisiera corregir el error que tuve en un partido entre Once Caldas y Deportivo Cali porque no sancioné un penal para Once Caldas, en Manizales, en la Final de 1998. También repetiría el partido entre Uruguay y Costa Rica disputado en la Copa América de Colombia en 2001. Me equivoqué de buena fe".
El cronómetro se detuvo. No sonó tres veces el silbato, ni se habían cumplido 45 minutos, pero las obligaciones y los compromisos de Óscar Julián debían continuar en otro lugar de Bogotá. Él se levantó del asiento. Se acomodó su camiseta verde, volvió a sonreír y exclamó que quiere que el arbitraje una países. “Que sirva para acercar naciones y que cada vez más haya más comprensión en los errores que siempre tienen los jueces”. Palabra de árbitro, palabra para cumplir.
Tomado de Colombia.com