CóMO DESCUBRIR LOS ``PISCINAZOS´´ EN EL FúTBOL


Según investigadores de la Universidad de Portsmouth, un mejor conocimiento de la “caída del arco” proporcionaría a los árbitros un método infalible para descubrir a los futbolistas que fingen las faltas.


Paul Morris y David Lewis realizaron un amplio estudio para descubrir qué acciones distinguen a un jugador sobre el que realmente se ha cometido una agresión de aquel que se “tira a la piscina”.

En su trabajo, que han publicado en el Journal of Nonverbal Behaviour, aseguran que la “postura del arco” –ambos brazos elevados, las palmas de las manos abiertas, el pecho fuera y las rodillas dobladas– sólo se produce en una caída fingida.

“Esta pose se repite en muchas caídas, pero desde el punto de vista de la biomecánica, nunca en ninguna natural”, asegura Morris. En una caída real, como en el caso en el que se comete falta poniéndole la zancadilla a un jugador, los brazos bajan instintivamente para intentar amortiguar la caída, o se mueven hacia un lateral en busca de equilibrio.

“Pese a que este comportamiento es absurdo, el futbolista lo hace para intentar engañar al árbitro y hacerle creer que la entrada era ilegal, y los gestos exagerados son necesarios para atraer la atención del colegiado”, señala. “Este comportamiento no se limita a nuestro país: todos lo hacen”.

Incluso si el jugador no llega a completar la posición del arco, “en el preciso instante en que los brazos superan la altura del hombro, estamos ya ante un claro signo de engaño”, asegura Morris. Esto confirmaría que la polémica caída de Eduardo da Silva, el jugador del Arsenal, en el partido de la Liga de Campeones del mes pasado contra el Celtic fue de verdad un “piscinazo”. La UEFA le impuso una sanción de dos partidos, aunque esa decisión ya ha sido revocada.

Didier Drogba dibujó una clásica postura del arco durante el partido de Costa de Marfil contra Argentina en el Mundial de Fútbol de 2006, según ambos investigadores. Pero el delantero no fue amonestado.

“Creemos que los jugadores usan la postura del arco para representar un choque... tan extremo que los mecanismos de protección naturales implicados en la preparación de la caída no pueden utilizarse”.

Los autores, ambos psicólogos, proponen que sus descubrimientos podrían emplearse en el fútbol profesional, tanto en el transcurso de un partido, para que los árbitros identifiquen un “piscinazo” en el preciso instante en que se produzca, como en recursos de apelación posteriores.


Fuente: www.expansion.com